El corazón, una eterna fuente de inspiración 

Caroline Scheufele, copresidenta y directora artística de Chopard, presenta unos nuevos pares de pendientes de aro y una serie de anillos de oro blanco de 18 quilates engastados con diamantes. Los ha combinado con uno de los símbolos más importantes de Chopard - « la Casa del Gran Corazón » – a través de una innovadora técnica de engaste. Las piedras no están sujetas entre garras de metal sino que se han encajado entre los delicados lóbulos de un corazón, fuente de amor y de vida. Esta es la proeza que se ha llevado a cabo para estas creaciones rebosantes de romanticismo. Sujetos por cuatro engarces formados por los lados de un corazón de oro blanco, los diamantes destacan al máximo gracias a la ligereza de un engaste que permite que la luz penetre fácilmente a través de sus facetas.  

Hay que decir que en Chopard el corazón es un objeto de estudio permanente. Inscrito en la estética de numerosas creaciones de la Casa familiar, que en el corazón reconoce un reflejo de sus propios valores, su contorno inspira las formas de la colección Happy Hearts, así como las de la Palma de Oro, la recompensa más prestigiosa del cine internacional, cuyo extremo diseñó Caroline Scheufele en forma de corazón.  Al declinarlo en un nuevo sistema de engaste, los talleres confirman su creatividad a toda prueba y su amor por los desafíos técnicos. 

Chopard, una visión contemporánea de la Alta Joyería 

La Alta Joyería de Chopard está dirigida por Caroline Scheufele, que con los años ha ido desarrollando los mayores talleres especializados de Suiza. Actualmente, en la sede de la Casa en Ginebra se reúnen más de treinta oficios artesanales dedicados a la celebración de las piedras preciosas y a una generosidad creativa sin límites. 

Tras haber hecho desaparecer el engaste inventando los diamantes móviles y el engaste mágico, o incluso habiendo recurrido al titanio teñido, que da la impresión de hacer flotar las piedras preciosas gracias a las virtudes camaleónicas de este metal ultraligero, los talleres de Chopard han conseguido dar un golpe maestro al convertir el engaste en un elemento de adorno. Por primera vez en la historia de la Casa ya no se considera como un procedimiento técnico, sino que se convierte en un elemento decorativo que forma parte de la composición de la joya.