Las minifaldas wrap lideran el término sofisticación en materia de prendas. Por ello, resulta esencial enseñar su camaleónico regreso. 

Minifaldas, la palabra que más resuena en el street style actualmente. El guardarropa desea renovarse un poco, pues necesita reemplazar prendas comfy por otras más distinguidas. Igualmente, comienzan a dejarse atrás los pantalones pesados, para sumergirse en la tendencia más fresca de todas. 

El regreso de las minifaldas aviva la esencia con que fueron creadas. Su espíritu desafiante nació en los años 60 para transformar y liberar el estilo de las mujeres. En los 90 refrescaron su estadía en el universo moda, e innovaron su longitud, se presentaron un poco más cortas de lo habitual. Luego, los primeros años de los 2000 las catapultaron a la cima estilística, lo que las llevó a convertirse en el referente mítico de aquella época. Por un tiempo, silenciaron su presencia, pero no desaparecieron, pues es imposible que la estética femenina y sensual que las cobija pierda su vigencia. Para esta prenda, el término obsoleto no existe. 

Directores creativos sentenciaron su renacimiento para esta Primavera/Verano. Su acogida ha sido tal, que fueron pocas las pasarelas que prescindieron del diseño micro. Dentro de sus diseños variados resalta uno en particular que está tomando las riendas de estilo, y su nombre es: minifalda wrap.

¿Cómo son las minifaldas wrap?

Sabemos que las nuevas faldas en tendencia para 2022 son todo menos discretas. Diseños electrizantes se han posicionado como los galardonados de la era, como fue el caso de Miu Miu, que capturó miradas con la pieza más mini de tablas creada hasta el momento. No obstante, debemos hacer énfasis en las minifaldas wrap que están convenciendo a las mejores vestidas. 

La falda wrap es un modelo cruzado que está inspirado en los pareos de ropa de playa; su silueta es recta, simulando una caída lápiz. En ocasiones, se distinguen con finos volantes en el frente. Diversas firmas han variado su acabado, pues se ostentan en tejidos delicados como la seda, o, en otros estructurados como el tweed. Su principal función es envolver las caderas de forma sutil, trasladando la ligereza del verano a la cotidianidad. Es una prenda de vestir sumamente camaleónica, se adapta con facilidad a playeras oversize, blusas de botonadura o suéteres de punto. A su vez, es una elección ideal para conseguir estilización, ya que su visión corta y asimétrica desata unas piernas kilométricas.