En lugar de elegir una encarnación específica de la mujer Saint Laurent, para la colección de invierno 2023 de la casa, Anthony Vaccarello destiló la esencia del estilo clásico de Saint Laurent, una potente mezcla de precisión, emoción y reticencia, y la combinó con sus propios códigos para una toma severamente reconfigurada, reflejo del momento actual, en una estética familiar: el tailleur-jupe.

La precisión se puede encontrar en la marcada línea de los hombros de un atrevido nuevo blazer. Todo comienza con este gesto, la tela dicta el resto. Creando una tentadora fricción, la chaqueta estructurada se yuxtapone con una capa fluida de tela, una bufanda característica que puede fusionarse con el lazo de una blusa o extenderse hacia abajo como una estola.

La emoción está presente en la disolución efectiva de la exclusividad de género, ya que elementos clásicos como el blazer, pero también una bomber de cuero y una camiseta sin mangas de corte pronunciado, se incorporan a la perfección al guardarropa de una mujer. Del mismo modo, los motivos tradicionalmente asociados a la sastrería masculina –telas a rayas, cuadros escoceses y cuadros escoceses– adquieren una feminidad oportuna gracias a una sorprendente ligereza.

La reticencia es evidente en la interacción alterna de transparente y opaco, que emana de piezas recurrentes en gasa, crepe-de-chine y muselina, así como medias transparentes. La mujer Saint Laurent expone su cuerpo cuando lo desea y lo oculta si le apetece.

Juntos, estos elementos crean la silueta clave, que consiste en un blazer seguro combinado con una falda lápiz delgada, una apariencia atemporal que adquiere un significado novedoso representado a través de la lente de detalles refinados, una materialidad lujosa y un enfoque minimalista que desnuda eliminó adornos superfluos para transponer un uniforme clásico de Saint Laurent al presente. En una vena de comodidad moderna, los looks de noche se anclan con pantalones ajustados de cachemira.

El lugar está inspirado en el salón de baile del Hotel Intercontinental, donde la marca presentó todas sus colecciones de Alta Costura entre 1975 y 2001. Haciendo que la referencia sea nuevamente relevante, Vaccarello ha tomado los símbolos de ese período opulento: llamativos candelabros de bronce y una pasarela de forma única. – y los insertó en un entorno de caja negra radicalmente contemporáneo.